Restearnos

Llevo días sumida en este estado político de la Venezuela de hoy en día, la Venezuela llamada a votar en tantas ocasiones que ya perdí la cuenta, la Venezuela a que se le revienta la cara a golpes, y luego se le pide paciencia y fe, se le pide que aguante un poco más, que falta poco, que es posible, que vaya a votar. Llevo días pensando en todo lo que ha pasado, en el difunto Presidente, en uno de los velorios más largos de los últimos tiempos, en la cantidad de discursos que van y vienen; y así voy tratando de ver todo "desde afuera", con otra lupa, para decidir luego qué decir o hacer; porque llegado este punto ya no se trata de estar en un bando político u otro, se trata más bien de la capacidad o no de restearnos ante una propuesta u otra, porque ambas proponen lo mismo: jugárselas todas. 

Chavéz dejó un legado único -sin duda- para la historia de este país: nos hizo más valientes, para enfrentarlo; más críticos para hablarle, nombrarlo o contarlo; nos hizo más venezolanos, para aferrarnos a esta tierra y no regalársela más; nos hizo más políticos, para salir cuantas veces fuera necesario a votar; nos hizo más estudiantes, para defender con las mejores ideas nuestras instituciones de la bota militar, del pensamiento "rojo" y tantas cosas más; nos unió como una sola cosa: la oposición o como dice Henrique Capriles: la solución. Como adversarios también nos terminó de separar, de dividir heterogéneamente en cantidades más o menos iguales. 

Pero (siempre hay uno), las ansias de una venganza absolutamente personal , la necesidad de tener lo que no se tuvo nunca a la máxima potencia, la prepotencia de no aceptar cuando se está errado, mal acompañado o mal encaminado (como el propio adolescente que no ve el error en su propio espejo); también lo hicieron pasar a la historia de este país como el que más violencia generó, el que más rico se volvió, el que más propuso y menos cumplió, el que más habló y menos actuó; y entonces, como reza la Biblia: como vivás, morirás... Así que no podía exigir una muerte plácida bajo el seno de sus familiares y amigo, quien vociferó en contra de todo el que medio se le adversó, quien no paró nunca, cuando se le dijo que era hora de una pausa, o de que "le bajará dos, porque se le estaba yendo la mano"; no hubo límites para quien después de 14 años con las riendas, se sentió onmipotente y omnipresente. Así que no hubo límites para él, y pues tampoco para su muerte.

Así que la muerte, que no perdona a NADIE, llegó, exactamente como él vivió: estruendosa, vengativa, llena de furia, dolorosa, pésima, dura, agobiante, inclemente al borde de exiliarlo, de postrarlo en una cama con los más monstruosas agonías, para dejar al locutor más conocido de los últimos tiempos, sin voz. Y finalmente, silenciarlo para siempre.

Mientras un pueblo entero, en el limbo, lo lloró, lo bendijo, e incluso lo anhelo, un pueblo que se lanzó a las calles para despedirlo, para ver con sus propios ojos lo que parecía una mentira, ¿y cómo no? Si sus "amigos" e incluso familiares se empeñaron en decir que el paciente mejoraba, que estaba en perfecto estado, que ya venía, que mandaba, firmaba, leía, etc... Y entonces, así algo se terminó de quebrar para siempre, quienes estaban en el medio de esa división que el difundo logró terminaron brincando al lado de la talanquera que pensaban les correspondía. Haciendo de cada día, una impactante noticia de "mira quien es ahora de aquí o de allá". y no dejando al pueblo terminar de lamentar la muerte, que siempre, parece ser la más inoportuna. 

Así que La Campaña Presidencial 2013 comenzó. Y comenzó como jamás nadie pensó que empezaría: directa y de todo, menos secreta. Por un lado, un candidato arropado con la cobija del que fue Presidente por 14 años, líder político para Latinoamerica por 14 años, adversado por la mitad del país y gran parte del mundo por 14 años, un conocedor exhaustivo de Venezuela, su idiosincrasia,  historia, política y sociedad; pero como dice el dicho: aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Te puedes arropar con la cobija del Gran Líder, pero igual no serás ese líder jamás. Así que al candidato se le empezaron a notar las costuras, las faltas, las millones de fallas lo dejaron desnudo frente a un país hambriento y tomado por la violencia; el candidato, y además "Presidente Encargado" quedó como el títere de los interéses de quienes estuvieron codo a codo con el difunto Presidente y no querían -para nada- que se les acabara la manguangua. Pero al candidato le quedó gigante la tarea que le pusieron, salió raspado en lecto-escritura, en historia, geografía, matemática, oratoria, etc... El difunto debe estar bien decepcionado en el Más Allá. 

Por otro lado, un candidato que no se arropó con la cobija de nadie, sino que más bien se echó al hombro la bandera de Venezuela, y como el Cristo que cargó la cruz, se echó el país encima y cruzó enterito el territorio venezolano, escuchó a quienes se estaban ya quedando sin voz de tanto clamar por ayudas, abrazó a quienes se sentían abandonados por años de intereses personales y nada para ellos, besó a quienes no habían sido tomados en cuenta nunca, y sobre todo, le habló a TODOS y cada uno de los que podemos decir: #YoSoyVenezolano. Y marcó, sin duda- la diferencia. Y cuando hubo dudas de su liderazgo, de su guaramo, de su temple y de su experiencia, un gremio entero le puso los pelos de punta al país, parándose de frente, jugándoselas todas, y exclamó: #YoSoyVenezolano y voto por Herique Capriles Randonski; y es así, como un no se puede aguantar mucho las ganas de decir: al diablo con la objetividad, que hace rato que no existe de ningún lado de la esfera nacional, y se arremanga la camisa, y sale a movilizar al país que aún tiene "flojera" para que voten por el flaco, porque tiene -definitivamente- con qué.

Laurin Isabel Bello Gutierrez