Alguien me preguntó hace poco por qué era tan asidua a las redes sociales; y no, no fue un anciano de 60 años, fue alguien tan igual a mi en edad, tamaño y sexo, fue alguien contemporáneo en todo lo que la palabra incluye; solo que ella a diferencia de mi, le tiene miedo, idea y hasta rabia a las redes sociales. Ella -aunque usted no lo crea- no tiene cuenta en Facebook, y acaba de abrirse una cuenta en Twitter, más bien por obligación que por otra cosa; en fin, esta persona es todo excepto 2.0; pero ¿por qué? ¿Cuál es la diferencia entre ella, nosotros y yo? Bien, no lo sé.
Lo que si se es que de algún modo, no tan complejo, como muchos lo creen. Las Redes Sociales han pasado a formar parte fundamental de mi vida y de la vida de todos, incluso de ella que no las usa, pero esta obligada por x o por y razón a hablar de ellas, a saber de ellas, a informarse de ellas, y eventualmente, hasta a ingresar a ellas.
Es como mi mamá, que ha estado -millones de veces- al igual que yo y muchos de nosotros de cerrar su cuenta en Facebook, pero no lo hace y no lo hacemos por: "los amigos que recupere gracias a Facebook y no puedo perder porque es nuestro único medio de contactarnos" ¡¿Cómo?! Pues sí, Facebook, aunque se ha cuestionado muchísimo su uso y función, e incluso se le ha catalogado como un "destructor" de relaciones, Facebook ha terminado uniendo a muchos también; y a veces, a millones de kilómetros, y de años sin contacto físico real, nos hace sentir que seguimos ahí "conectados".

Se habla de Periodismo Ciudadano ahora, y de la inmediatez del mensaje, como si ambas cosas en si fueran una sola, y pues no. Periodismo es una carrera de CINCO años, más de 35 cátedras y no menos de 40 PROFESORES (disculpen las mayúsculas sostenidas, pero son necesarias). Cada vez son más quienes quieren tener la "premisa" de algo y hacerse famosos en 10 minutos, aumentar exponencialmente su numero de seguidores en Twitter, y hacerse llamar "Periodistas Ciudadanos", "Persona influyente en los medios", y para usted de contar.

Y -quizá- mi amiga, como muchos le tienen un cierto temor y odio a las redes sociales, porque como leí en ellas hace poco: Aquí todos pueden ser lo quieran ser, sin ser realmente nadie. Y está bien eso de ser Bolívar o Miranda, o la versión venezolana de Dios (todos necesitamos del humor); pero de ahí a querer acabar con la frustración de una carrera truncada, pues la verdad no. Le sale mejor, abandonar la parodia de "yo soy lo que no soy pero siempre quise ser", y comenzar a prepararse -realmente- para ser eso que anhela y que no ha podido ser. Nunca es tarde.
Laurin Isabel Bello Gutiérrez
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